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De izq. a dcha.: Sofía, José, Laura, Emilio y Ana. |
Hace unos días, paseando por la Gran Vía madrileña, conocimos a dos iconos de la música heavy, muy conocidos por este barrio de gran variedad cultural. Ellos son los gemelos José y Emilio Alcázar, de 47 años. Tan imprescindibles como los cines de Callao o el luminoso de Schweppes.
Se instalaron en Gran Vía en 2005, cuando cerraron el Madrid Rock, donde acudían a escuchar música. Se hicieron amigos de los vendedores, razón por la que se "asentaron" allí. Y así empezó su forma de protesta.
"Lo triste es que la cultura se convierta en trapos", apostilla Emilio en alusión a una franquicia de moda que reemplazó a la tienda de música. Y añaden que la cultura es un derecho.
Cuentan que llevan años sin beber y drogarse, pues el alcohol se llevó a su hermano menor de 24 años, y a más de 30 amigos. Ver tanta desgracia alrededor les hizo madurar.
Hablan constantemente de espíritu libertario, se confiesan antisistema, reciclan todo lo que encuentran y siguen escuchando heavy, aunque también algo de clásica, apostilla Emilio, "especialmente música renacentista".
Son de Chamberí, y se les nota. Hijos de madre del Opus Dei y padre falangista, dicen que fueron víctimas de la represión. Les echaron de Los Maristas, terminaron el bachiller en el colegio "España" (en Argüelles), y como les gustaba la arqueología, empezaron Geografía e Historia. Llevan 14 años sin trabajar y dicen que necesitan muy poco dinero para vivir. "No tenemos televisión, Internet ni cuenta bancaria", subraya Emilio.
Se han convertido en protagonistas involuntarios con motivo del Centenario. Han tenido ofertas de directores de cine para trabajar, entre ellos Santiago Segura, que han rechazado, porque dicen "no queremos dinero, no lo necesitamos, el dinero lo estropea todo".
Ana.